Primero fue la chica de la curva, luego los cocodrilos de las alcantarillas de Nueva York, y después, el fantasma de los lavados.
Y he dicho fantasma, pero en realidad mas bien parece un duende, un trasgo, un espíritu burlón de esos que transformaban a los gremlins en psicópatas integrales.
El dueldecillo en cuestión enreda en los botones, juega con los cepillos, tapa las células, provoca todo tipo de travesuras.
Cuantas veces os advierte un cliente de que ya ha echado la moneda o la ficha, y aquello que no arranca. Os acercais, todo correcto, todo bien, ¿Pues qué?, otra vez él, interviniendo en vuestras vidas.
Es invisible pero puede sentirse su presencia. Y entre la espumarada de jabón, a veces se distingue su imagen. Los fantasmas existen, 'haberlos haylos', dicen los expendedores gallegos.
Que los cepillos no se mueven y allí no pasa nada; el fantasma del lavado.
Que vuestro tunel se queda funcionando con un coche atrapado en su interior; el fantasma del lavado.
Que arranca 'limpias' y resquebraja lunas como jamás había ocurrido, pues otra vez nuestro fantasma del lavado.
Que raya la carrocería del vehículo como nunca había hecho, el fantasma... del cliente, pero esa es otra historia.
Que los lavarruedas enchufan cuando y donde quieren; pues el jodído fantasma del lavado. Siempre él, malmetiendo en vuestro lavado.
Hasta que se endemonia un día la máquina y ya no arranca ¿?
Cuando ya nada surte efecto, cuando la botonera se disloca y no hace caso llamamos al teléfono de la esperanza: -¿Jose Ramón?, ¿Ismael? ¿Iván?- -¿Dime...?- Contesta el técnico de turno, y respiramos.
Ellos y algunos más, son los JJ. Benitez de los lavados. Ahí donde hay un misterio sin resolver, ellos encuentran explicación científica al fenómeno, y cuando no lo logran, despliegan raudos a su equipo de CSI Istobal que son como exorcistas de guardia. ¡Que hay un fenómeno paranormal en tu lavado...!, ellos y su cuarto milenio acuden, gritan encantamientos y lanzan sortilegios y el duende retrocede, se amohína como dicen los extremeños. Esos técnicos de lavado son la píldora del día después.
Imagen del fantasma dentro de un lavado de Repsol |
Cuando llegue un cliente y te diga: "El lavado no funciona", tu acudas y descubras el botón de emergencia pulsado y le preguntes "¿Ha tocado usted este botón?"
- No, yo no - contestará, y mil veces no - Yo no he tocado nada -
No habiendo nadie más preguntaremos, y entonces... ¿Quién ha sido?
ResponderEliminar[img]http://static.deia.com/images/2012/12/23/piquete_1.jpg[/img]
ResponderEliminar(img)http://static.deia.com/images/2012/12/23/piquete_1.jpg(/img)